Haz de Nomeolvides

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Haz de cuentos infantiles dedicados a mis nietas y nieto, dibujos de Jana, Maia, Mara y Milo. Además poemas y cuentos infantiles de otros autores

domingo, 3 de abril de 2011

EL AMIGO DEL VIENTO

2 comentarios:

  1. EL AMIGO DEL VIENTO
    Por Fernando González

    ¡Lautaro! Nos vamos a La Pampa, le dice la madre.
    ¡Anuncian una buena cosecha! ¡Te gustará! ¡Viviremos mejor! Agregó el padre.
    Lautaro se alegra, es una aventura. Imagina campos verdes, ombúes, caballos al galope.
    En las largas horas del viaje no encuentra un solo ombú, tampoco campos verdes.
    Todo es dorado en esa época del año, mares de espigas hamacadas por el viento.
    Comienza una época de prodigiosa actividad. Lautaro participa con ojos maravillados del milagro de la cosecha.
    El trigo se convierte en felicidad y bienestar para todos. Llega el otoño y el viento corre con más fuerza. A Lautaro le da miedo, a veces no lo deja dormir. El trata de vencer el temor, apreciando lo hermoso que es vivir en ese pueblo.
    Se ve rodeado de gente cordial, encuentra amigos. Todos los fines de semana van a una chacra donde juega con cuatro chicas que lo fascinan por sus conocimientos de la naturaleza, especialmente Candela de diez años, uno más que él.
    El viento, sin embargo, no le permite ser feliz
    Un día, Lautaro tiene el valor de contar su miedo a Candela. Ella le dice muy seria: -El viento azota solo a los que no juegan con él.
    ¡Cómo se juega con algo que se escapa, que parece nada y que está en todo!
    Candela anuncia: ¡Prepárense! El sábado iremos a jugar con el viento.
    ¡Con el viento!... ¿Dónde?
    ¡En las salinas…! Nos divertiremos mucho.
    Lautaro está ansioso, pide al viento que empuje los días, acercando al sábado.
    Y al fin llega.
    Las chicas y él marchan hacia las salinas. Durante la caminata Candela cuenta cosas divertidas, organiza juegos y adivinanzas, sin hacer caso del viento. Este los persigue, los envuelve y los suelta. Lejos de los campos cultivados, ven a la distancia una alfombra blanca de las salinas.
    Lautaro tiene la sensación de descubrir un continente. Es como si en lugar de correr sobre el mar seco de sal, pisara tierra de azúcar.
    Comienza el gran juego, dice Candela. Escriban un mensaje y pónganlo dentro de un cardo, luego exclama:-Amigo viento, jugá con nosotros. Hoy sos nuestro mensajero, los cardos vuelan empapados por el viento.
    “Amigo viento, entregá este mensaje a quien lo encuentre”
    “Amigo viento, el que recoja este mensaje obtendrá un lindo premio”
    Lautaro corre tras ese cardo. Está a punto de alcanzarlo pero una ráfaga lo aleja más y más y entonces entiende que el viento ha empezado a jugar con él. Se tira al suelo de sal, el viento se detiene. Lautaro estira el brazo y atrapa al cardo. El mensaje dice:
    -“Conocerás el tesoro de los melones. “
    En ese instante, siente que también se vuela su miedo.
    Ya en la chacra, el padre de Candela le entrega el premio. Lo lleva a uno de los galpones y el tesoro prometido es esa montaña de melones amarillos, redondos, de grandes gajos.
    Melones que echan al viento su perfume lleno de dulzura.
    “Elegí los que más te gusten” le dice. “Te lo has ganado haciéndote amigo del viento”.
    Lautaro vuelve, tiempo después, a la ciudad. Muchas veces siente que un gigante amigo hace que lleguen hacia él cardos con mensajes, colores y risas.
    Extraído de la revista de la Casa de la Cultura Los Compadres del Horizonte: “Hilando Sueños” – Página: “El Conventillo de la Palabra” -

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INTENCION DE LA AUTORA

La intención al abrir este blog es de mostrar mis cuentos infantiles. Aquellos que fui escribiendo a medida que nacían mis nietas y en los cuales he pretendido expresar mis sentimientos, mi emoción, creando a través del lenguaje literario, una comunicación que preserve del olvido esa etapa maravillosa de la infancia de ellas, la que he compartido desde mi visión de abuela, de mujer de edad madura. Pero, también es ir mostrando lo que otros autores hacen en materia literatura infantil; así como dibujos, fotografías, ilustraciones; todos realizados por niños de diferentes edades, entre los cuales aparecerán los de mis nietas. JUANA C. CASCARDO